Para encantarse con la vida una generación necesita rebelarse, el desencanto se contagia fácil, pero el encanto es un trabajo de hormiga. El encanto nos necesita a todos haciendo lo que amamos, y amando lo que hacemos, porque es mentira que las cosas son como son, las cosas, son como dejamos que sean...

sábado, 2 de marzo de 2013

Soy de esas personas que buscan cualquier excusa para no hacer uso de mis palabras, como si tuviesen un limite o algo por el estilo, no se... Pero cuando me propongo a hacerlo, las palabras quedan trabadas en el medio de mi garganta, y eso duele mas que quedarse en silencio, no haciendo ni siquiera el mínimo esfuerzo para que alguien sepa lo que cruza por mi cabeza. Y esas pocas veces que logré poder hacerlo, todos esos pensamientos que llegan a tener tanto coherencia y tanto sentido para mi terminaron siendo escupidos de una manera bastante primitiva haciendo parecer que en mi cabeza solo pasa una gran sarta de estupideces. Sinceramente estas son las causas por las cuales pocas veces muestro aquello que pienso. Tampoco siento importante el hecho de que los demás sepan mis opiniones a todo momento, siempre me pareció más "indebido", por así decirlo, decir cosas de más que de menos. Siempre esta la gente que opina en temas que ni siquiera conoce lo que debería para formar una opinión con fundamento, pero en fin ese es otro tema.
A pesar de nombrar todas las razones por las que me quedo callada, últimamente siento que así no es la manera en la que funcionan las cosas, o el resto del mundo... en todo caso, la mayoría del mundo, se que no soy la única a la que le pasa. Ojala pudiese por lo menos de vez en cuando demostrar lo que siento u opino, en aquellas situaciones que me afectan porque, por mas que no quiera, estoy dándome cuenta de que esa es la única salida. Además, me estoy empezando a sentir como una persona muy pero muy insignificante, y la verdad no quiero eso; mucho menos ahora que se acerca ese momento en el que tengo que enfrentar la realidad por mi sola, es más: que por primera vez quiero enfrentar la realidad por mi misma. Así que creo que seria el momento de decirle basta a escuchar los reclamos y pensar las razones por las cuales no tendrían que hacérmelos sin decirlas y basta a aceptar los retos quedándome callada en vez de explicar como son las cosas porque no los merezco.

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